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Jefe de la UFC pasa por alto al Soldado de Dios cubano en su sueño de pelear por un título

Ya no se puede confiar en nadie, ni en Dana White. El siempre respetado presidente de la UFC había dijo hace un par de semanas que Yoel Romero merecía la oportunidad de enfrentar al campeón mediano Michel Bisping, pero ahora se ha sacado una decisión digna de las peores páginas del boxeo.

Jorge Ebro

El cubano, convertido en retador número uno de Bisping tras una sólida victoria sobre Chris Weidman, tendrá que seguir esperando su chance por una pelea titular, luego de que se anunciara al reaparecido Georges St-Pierre como nuevo oponente del coronado en las 185 libras.

«El quería tomarse un tiempo libre», afirmó White sobre St-Pierre. «Quería alejarse un poco del deporte. Ha estado hablando de un retorno en los pasados dos años. Personalmente, no le creía, pero nos reunimos en Las Vegas, cenamos juntos y llegamos a un acuerdo».

Un acuerdo que olímpicamente olvida a Romero, quien a sus 39 años de edad no puede darse el lujo de dejar escapar el tiempo útil que le resta en la UFC y frente a un campeón que no puede ser más escurridizo.

Lo realmente irónico en este caso es que St-Pierre, alguna vez el mejor libra por libra de la UFC y el campeón que más veces defendió su corona en la historia de este circuito, no sube a un octágono desde el 2013.

El gladiador de Canadá nunca ha combatido más allá de las 170 libras y traerlo de la nada, sin hacer los méritos correspondientes para un combate titular, parece un insulto a la trayectoria de Romero.

«Yoel Romero ha estado esparando por mucho tiempo por la oportunidad medirse en un combate titular», afirmó White a principios de febrero. «Si uno mira lo que Romero le hizo a [Chris] Weidman, absolutamente merece la oportunidad».

¿Y entonces, en qué quedamos?

Romero, quien se hace llamar «Soldado de Dios» ha sido una bestia del octágono desde que dejara Strikeforce para sumarse a la UFC al ganar ocho peleas consecutivas, especialmente la última en noviembre del 2016 contra Weidman.

Ese triunfo convirtió al medallista de plata olímpico de Sidney 2000 en retador número uno de Bisping, quien ha desdeñado el reto del cubano bajo los pretextos de que no atraería una bolsa significativa y ni lucharía de manera limpia.

Bisping ha utilizado el hecho de que Romero falló una prueba antidopaje, pero el cubano logró demostrar que se debió al uso de un suplemento contaminado -que tampoco aparecía en la etiqueta-, aunque esto no ha disminuido los ataques del campeón vigente.

Nacido en Chipre en una base naval de Gran Bretaña y conocido como «El Conde», Bisping no estará disponible para pelear hasta después de mayo debido a una lesión en la rodilla.

El cubano, quien también ha vencido a rivales de consideración como Lyoto Machida y Jacaré Souza, ha acusado a Bisping de evitarlo en busca de oponentes menos complicados, como sucedió en octubre pasado al vencer a un Dan Henderson que ya vio pasar sus mejores días.

Ahora, White también debe estar en ese banquillo de acusados.

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