Salma Hayek se ‘transforma’ en Donald Trump
La artista se burla del candidato republicano en Instagram a través de un vídeo que hace uso de la aplicación para intercambiar rostros.
La actriz Salma Hayek no ha dejado de sacar el máximo partido a las redes sociales con el objetivo de participar activamente en el debate sobre la campaña presidencial en Estados Unidos, aunque resulta sorprendente que la artista haya optado en esta ocasión por incidir en sus críticas hacia Donald Trump a través de una llamativa estrategia: hacer un ejercicio de reflexión e imaginar qué pasaría si el candidato republicano fuera de origen hispano.
Para ello, la famosa artista no ha dudado en publicar un vídeo en Instagram en el que hace uso de una de sus funcionalidades más populares en estos momentos, la posibilidad de intercambiar rostros con otra persona y suplantar su identidad por unos segundos. Haciendo suya la cara del polémico empresario estadounidense, la intérprete ha encontrado la manera perfecta de parodiarlo y burlarse de su animadversión hacia los mexicanos y los latinos en general.
«Me estaba preguntando qué pasaría si Donald Trump fuera de origen hispano, así que he decidido hacer un ‘faceswap’ [intercambio de caras]», relata ante la cámara antes de llevar a cabo tan tétrica transformación estética. «No sé por qué se queja tanto de los latinos, seguro que le vendrían bien algunos de mis genes», bromea la artista luciendo ya los inconfundibles rasgos del político, incluyendo además en su publicación el hashtag #Orgullosamentemexicana.
Aunque es cierto que Salma Hayek, al igual que otras muchas compañeras de profesión, han apoyado públicamente y desde el comienzo de la carrera electoral las aspiraciones de Hillary Clinton para convertirse en la primera mujer presidenta, la intérprete no se había involucrado hasta este punto en la campaña hasta que Donald Trump hizo acto de presencia el año pasado para poner en el punto de mira a la comunidad mexicana afincada en Estados Unidos.
«Está claro que [atacar a los hispanos] es una táctica muy simple y efectiva de llamar la atención, pero lo más triste de todo es que funciona para algunas personas a las que se manipula muy fácilmente. No me siento insultada por sus comentarios porque la estupidez ajena no me ofende. Todo el mundo tiene derecho a opinar sin fundamento o a ser un idiota, pero ese no es mi caso», declaraba la artista a Los Angeles Times.