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Lorenzo triunfa en el ‘show’ de Márquez en Misano

El tricampeón mallorquín, despedido por Ducati, sigue poniendo sus prodigiosas manos al servicio de la marca italiana

Por Emilio Pérez de Rozas

No se sabe qué fue más espectacular, más llamativo, más arriesgado, más emocionante, más valiente, más brillante y provocador si las dos tremendas vueltas rápidas que el tricampeón mallorquín Jorge Lorenzo (Ducati, 1.31.763 minutos y la ‘pole’ y nuevo récord, 1.31.629) o el intento de ‘salvada’, caída llamativa y, sobre todo, carrera a lo Usain Bolt de Marc Márquez para intentar llegar a tiempo al box del equipo Repsol Honda, coger su segunda moto y tratar de meterse en primera fila del Gran Premio de San Marino, que se celebrará mañana (11.00, 12.20 y 14.00 horas, Movistar MotoGP TV) en el circuito Adriático-Misano ‘Marco Simoncelli’.

Se cumplió, sí, el poder de Ducati en este trazado, donde realizó un test hace pocos días. Se cumplió, sí, que, desde el 2012, solo los españoles son capaces de lograr la ‘pole’ en este circuito: Dani Pedrosa (Honda, 2012), Marc Márquez (Honda, 2013), Jorge Lorenzo (Yamaha, 2014, 2015 y 2016) y Maverick Viñales (Yamaha, 2017). Se cumplió que el error de la firma italiana de Borgo Panigale se pasará años, décadas, seguro, en recordar el fallo de dejar escapar a Lorenzo. Y se cumplió el espíritu tremendamente competitivo de los dos campeones que, el próximo año, formarán la pareja más peligrosa del Mundial en el ‘team’ Repsol Honda.

Los entrenamientos han sido muy entretenidos y siguieron demostrando que la Ducati es, con diferencia, la mejor moto, que Honda resiste el pulso porque tiene a Márquez y que Yamaha se va recuperando, poco a poco, de la tremenda crisis en la que se encuentra, que le está llevando, si no gana mañana, al peor récord de su historia en cuanto a grandes premios fracasando.

Así que la ‘pole’ debía ser, por poder, para Ducati y por tradición, estilo, pilotaje, dominio y categoría para un español, pues es lo que ha estado ocurriendo, en el ‘jardín de Rossi’, desde el 2012. Y, como tenía que ser así, Lorenzo lo demostró desde la primera vuelta (1.32.016 minutos). “Ya cuando he hecho ese crono, he pensado que era una auténtica barbaridad. Luego he fallado en la primera curva del segundo intento y, en el tercero, he acertado al montar la goma blanda en la rueda delantera y, sí, me ha salido todo perfecto. Hoy me sentía tremendamente veloz desde que salía del box. Por el último tiempo, récord del circuito, parecía que me hubiese saltad ¿no? la ‘chicane’, pero no, es que era veloz, muy veloz”.

El tricampeón mallorquín estará acompañado en la primera línea de parrilla por la Ducati ‘satélite’ del australiano Jack Miller y por Viñales, que cuadró una última vuelta espectacular “demostrando, por fin, que el equipo está trabajado muy duro y con mucha confianza para remontar el vuelo”. La segundo fila estará compuesta por el italiano Andrea Dovizioso (Ducati), que saltó de la primera al cruzar la meta como un misil ‘MVK’, Márquez (Honda) y el inglés Cal Crutchlow (Honda), mientras que la tercera será liderada por un discreto Valentino Rossi (Yamaha, 7º), Danilo Petrucci (Ducati) y Johan Zarco (Yamaha).

Pero, eso sí, siendo veloz y precioso en su pilotaje el mallorquín Lorenzo, que se va a despedir de Ducati en olor de multitudes y dejándolos a todos llorando (o casi), lo cierto es que el espectáculo del día, el ‘show’ de esta ‘quali’, lo protagonizó, como casi siempre, Márquez, que sigue liderando, con cuatro (EEUU, Holanda, Alemania y Austria) la clasificación que da derecho a un tremendo y rápido BMW.

La (a pie) carrera de Márquez

Márquez, que peleaba por mantenerse en la primera fila (muy difícil hacer el crono de Lorenzo), se cayó a poco menos de cinco minutos para el final. En su trayectoria hacia el muro, en sus volveretas por la grava, llegó, incluso, a intentar caer de pie, mantenerse en pie, lo antes posible, pero no lo consiguió. Eso sí, mientras su RC213V se clavaba en la tierra, él salió disparado, como si tuviese un reloj en la mente, sabedor de que, si corría, llegaría a coger la segundo moto para dar dos vueltas y, en una de ellas, intentar mantenerse en la primera fila.

Corrió, corrió mucho (y eso que correr con esas botas y con el pesado mono, no es nada fácil y agradable) y llegó a su taller, donde Santi Hernández, su ingeniero, le pedía calma, calma, porque había corrido tanto (cierto que el último tramo lo hizo de paquete en el scooter de un comisario), que le daba tiempo de sobra. Papá Juliá, que lo vio llegar, le abrió la puerta del box del equipo Repsol Honda, se apartó, su hijo entró como un misil, ni siquiera se cambió el casco dañado y no pudo acceder a la primera fila, pero arrancará junto a los mejores. Desde luego, mucho mejor que Rossi, que saldrán detrás suyo, y que Dani Pedrosa (Honda), que está en medio de la cuarta fila.

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