Dime qué antojos tienes y te diré que problemas tienes
¿Sabías que nuestro cuerpo tiene la capacidad de hablarnos y mandarnos ciertas señales? Por ejemplo, ¿has sentido alguna vez que a cierta hora del día se te antoja comer chocolates o de repente te vienen unas ganas inmensas de comer patatas fritas?
Todo ello tiene una explicación que debemos aprender a interpretarla.
Igual que tu cuerpo te muestra mediante señales que está cansado o que tiene hambre, también tiene la capacidad de enseñarte los nutrientes que necesita para que la máquina funcione. Estas señales vienen de la mano de los antojos. Si tienes la sensación de que tu cuerpo te pide chocolate o dulces lo más seguro es que te esté reclamando alimentos con magnesio, indispensable para mantener sanos los músculos y los nervios.
No es casualidad que cuando estés en pleno ciclo menstrual tengas más ganas de comer chocolate, porque es en esta última etapa del ciclo cuando los niveles de magnesio baja considerablemente en las mujeres . De ahí la necesidad de comer chocolate cuando estamos con el período.
Sin embargo, según la autor del libro “The Appetite Soluution” Joseph Colella, un antojo de cosas saladas sobre todo de hidratos refinados como patatas fritas, puede indicar un nivel alto de estrés. La textura crocante de este tipo de alimentos puede ayudar a bajar los niveles de ansiedad aunque sean totalmente contraproducentes para la salud. Y si entre los antojos está la necesidad imperiosa de comerte una gran hamburguesa.
No es que tu cuerpo te esté diciendo que quiere carne, lo que está intentando transmitirte es que los niveles de hierro y zinc los tiene muy bajos, por eso necesita tomar alimentos a parte de la carne roja como las lentejas, las espinacas o el pescado.
El queso, es otro de los alimentos que más se nos puede antojar y es por falta de calcio o vitamina D. Un sandwich de queso puede ayudar a solucionar este problema, pero si no quieres comer alimentos con altos contenidos grasos, prueba a saciar ese antojo con yogures, aguacate, salmón y frutos secos.
Dicen que el cuerpo es sabio, así que sólo tienes que aprender a leer los mensajes que te manda e intentar substituir esos alimentos “antojo” por otros más saludables.