Diez días con el nuevo reloj Apple Watch Series 5
La nueva versión del reloj inteligente conserva sus principales atributos como su diseño y funciones para la salud portátil pero tracciona hacia una pantalla «siempre encendida» que apenas afecta al consumo de batería, cuya autonomía tiene margen de mejora
Pocas novedades para seguir en la cresta de la ola. La era del «smartwatch» es la era del Apple Watch. El dispositivo de la compañía estadounidense, que llegó más tarde que sus más directos competidores, se ha posicionado como el líder de ventas en su categoría. Este tipo de productos han evolucionado, aunque posiblemente no al mismo ritmo que se esperaba.
En este contexto, su recientemente estrenado nuevo modelo, el Series 5, mantiene sus principales atributos y, aunque peca de cierto conservadurismo, estamos ante una pequeña puesta a punto muy interesante. La principal novedad reside en su pantalla. Ahora, estrena la tecnología «Always On». ¿Qué quiere decir esto? Que está continuamente encendida. No se apaga nunca. Se trata de una opción que viene activada por defecto pero que, para los recelosos de su intimidad, cabe recordar que se puede desactivar fácilmente desde la pestaña «Ajustes».
Gracias a esta idea, que toma prestada de algunos móviles del mercado, este reloj inteligente muestra más ágilmente la hora pero, también, mucha información en un simple vistazo. Eso sí, dependiendo de la esfera y la personalización que uno elija. Es una opción inteligente aunque afecta directamente al consumo de batería. No en exceso, pero para compensar la mordida su autonomía se ha extendido ligeramente en comparación con su predecesor.
La existencia de una tecnología específica gracias a un nuevo sensor de luz ambiental permite regular de manera automática el brillo. Es otro punto a su favor. Se ha revisionado su pantalla de tecnología LTPO que se centra en el consumo de energía más eficiente. Son mejoras tanto de hardware como de software y que, entre otras cosas, puede pasar de una tasa de refresco de 60 Hz a 1 Hz fácilmente para evitar un gasto innecesario de batería. Su autonomía no llega a la perfección aunque las mejoras de software permiten gestionar el consumo de una manera más eficiente. Este aspecto sigue siendo uno de sus puntos débiles, pero al menos no vas a tener que cargarlo cada noche con un uso moderado. Es algo que agradecer.
Estéticamente, el dispositivo sigue siendo un clon de la anterior generación. No ha variado apenas su diseño. Sigue caminando un enfoque muy «fashion» como complemento fantástico de moda. Y, por más vueltas que se le da cada año, este reloj tiene su seña de identidad, ser rectángulo, y por ahora la marca estadounidense no se ha atrevido a romper con los cánones establecidos. Manteniendo, por tanto, su identidad visual, las principales novedades están en su interior. Un nuevo «cerebro», el chip S5, procesa todos los recursos técnicos para conseguir una experiencia de uso magistral, aunque casi imperceptible en comparación con la anterior gama.
Una de las más interesantes funcionalidades que se ha implementado es un sensor de ruido. El sistema va monitorizando en tiempo real los niveles de ruido ambiental. Algo que, en periodos prolongados, puede afectar a la salud auditiva de las personas. Es una métrica útil, que no está demás conocerla. Lo mide en decibelios e indica, de manera acertada, los parámetros que son considerados poco saludables.
Otra función que ha desembarcado es una brújula digital con altímetro con la que orientarse fácilmente. Lo bueno, que funciona incluso sin tener conexión, con lo que si te pierdes en una travesía campestre puedes orientarte fácilmente. Esa característica también mejora la precisión en la ubicación de los servicios cartográficos como Apple Maps. Gobernado por el sistema operativo WatchOS 6, el nuevo dispositivo viene en dos acabados (titanio y acero) y dos tamaños, de 40 y 44 milímetros.
Su enfoque sigue estando, principalmente, hacia la monitorización de la salud del usuario. Es, de hecho, el «guardián de tu salud». Es algo que ya se había visto consolidado en anteriores ediciones, sobre todo con la llegada el pasado año del detector de caídas o los avisos automáticos. Y se echa en falta, no obstante, más pasos hacia el control de la calidad del sueño con funciones más inteligentes.