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El consumo del aceite de oliva sigue en caída libre…

El aceite más popular en los hogares españoles pierde fuelle (-20,5%) en contraste con el aceite de girasol, cuyo consumo repuntó un 21,1% en 2017. Ya acumula cuatro años de descenso

El aceite de oliva sigue cediendo terreno al aceite de girasol. La demanda del primero cayó un 20,5% en 2017 respecto al año anterior y ya acumula cuatro años consecutivos de caída, en contraste con el repunte del segundo (+21,1%). Son datos del informe anual del consumo de alimentación en España, presentado este martes por el nuevo ministro de Agricultura, Luis Planas.

No obstante, el aceite de oliva sigue siendo el más popular entre los hogares españoles (con una cuota en volumen del 32,7%), seguido del aceite de girasol (31,9%), oliva virgen extra (21,4%), oliva virgen (9,2%), semillas (2,9%), orujo (1,2%) y otros (0,1%). Su consumo por persona y año asciende a 3,84 litros, frente a los 3,74 litros del de girasol. Este último lleva tres años de crecimiento continuado.

El aceite de girasol ya ha dado el sorpaso al aceite de oliva virgen extra, cuya demanda repuntó un 6,9% pese al fuerte incremento de precios (+5,2%) en 2017. Sus tarifas son de lejos las más altas de toda la categoría, con 4,47 euros por litro de media, lo que no impide que el consumo por persona y año haya aumentado hasta los 2,50 litros, sobre todo en hogares con una renta media-alta y sin niños pequeños.

Si ponemos el foco en el valor, sobresale el desplome del aceite de oliva (-10,8%) pese al aumento del precio medio (+12,3%, hasta los 3,53 euros por litro). En el otro lado destaca el ‘subidón‘ en oliva virgen (+23,8%), virgen extra (+12,4%) y girasol (+9,4%). El aceite en su conjunto es una de las categorías con mayor descenso (-3,8%) de la demanda, por delante de las hortalizas y patatas frescas (-3,6%), las frutas (-3,5%), el pescado (-3,3%), el pan (-2,5%), el vino y derivados (1,6%) o la carne (-1,4%).

En líneas generales, el gasto de los españoles en alimentación y bebidas creció un 3,6% en 2017 en comparación con 2015 —pues en 2016 hubo un cambio de metodología para cuantificar el consumo fuera de casa—, hasta los 102.584 millones de euros. No obstante, el volumen de compras de los hogares descendió un 0,7%. Las categorías con mayor peso en la cesta de la compra son leche y lácteos (17,2%), frutas frescas (14,6%) y hortalizas (14,6%). Las salidas a bares, cafeterías o restaurantes representan un tercio del gasto total.

La cerveza eclipsa al vino

El consumo de vino blanco, tinto, rosado y espumoso —cava incluido— se desplomó un 5,4% el año pasado, con una ingesta media por persona de 11,83 litros. La caída es aún más pronunciada en bares y restaurantes, con un descenso del 7,9%. El 76,3% del vino se tomó dentro del hogar.

La cerveza representa la otra cara de la moneda, con un repunte del 2,7% y un consumo per cápita de 42,04 litros (+3,3%) que se concentra dentro del hogar (53,2%), si bien el 76,1% del valor total corresponde a las consumiciones en bares y restaurantes. «Esta categoría atraviesa un momento óptimo, con un aumento de la demanda tanto dentro como fuera del hogar», indica el informe elaborado por el Ministerio de Agricultura.

Quienes no remontan el vuelo son las bebidas espirituosas, con un consumo un 5,2% inferior a 2016 (hasta los 2,15 litros por persona y año). El gintónic desbanca al ron, al brandi o al anís y es casi el único que se mantiene estable, con un repunte del 1% en volumen.

En contrapartida, los españoles compraron más agua embotellada (+5,7%) y huevos (1,7%), dos de las pocas categorías que han registrado un aumento en 2017. El ministro de Agricultura atribuye la caída del consumo en casa (-0,7%) a la pérdida de población (-1% en los últimos seis años) y al aumento de hogares de menor tamaño, con una persona en muchos casos.

Más preparados, menos pescado

El consumo per cápita de pescado, marisco y conservas sigue en caída libre (-6,9%), si bien inició su descenso hace ya ocho años. Su precio medio se ha incrementado hasta los 8,29 euros por kilo (+4,4%), lo que ha contribuido a un aumento de las ventas en valor (+0,9%) pero no en volumen (-3,3%). Las categorías más afectadas son los pescados congelados (-5,1%) y el marisco fresco (-5,9%).

Los españoles no tienen tiempo para cocinar, algo que se refleja en el auge de los platos preparados (+4,8%), con legumbres, sopas, purés, carne, arroz, pasta y ensaladas a la cabeza. Según Planas, el creciente gusto por ‘lo verde’ denota una dieta «más sana y equilibrada». Eso sin contar con la simplificación del menú y el tirón del deporte.

También se notan las ganas de salir a comer fuera de casa. Los restaurantes y las cadenas de comida rápida se llevan el 46,6% de los momentos de consumo, frente al 33,9% de los bares, cafeterías o cervecerías.

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