Cosas que algunos dentistas no quieren que sepas
No tienes ni idea
Los dentistas que sean profesionales y preocupados por sus pacientes seguro que han dado alguna vez estos consejos. Sin embargo, muchas personas desconocen estas pautas a la hora de cuidarse la boca. La mayoría aprendió en el colegio que teníamos que cepillarnos los dientes después de cada comida, y este es uno de los principales errores que cometemos. Si le preguntamos a un odontólogo nos recomendará cepillarnos los dientes dos veces al día. Una antes de acostarnos y otra, por la mañana cuando nos levantemos. Se puede lavar una tercera vez después de comer, pero no es aconsejable hacerlo en más ocasiones porque se puede desgastar las encías y dañar el esmalte. Hacerlo poco después de levantarnos y antes de irnos a dormir es fundamental porque prevenimos y actuamos sobre el tramo de 8 horas en el que estamos dormidos y más bacterias se producen en nuestra boca. Muchas más que con cada comida.
Bebidas ácidas o azucaradas
Tampoco es que estemos muy informados en el caso de las bebidas ácidas y azucaradas. Muchas personas se beben una lata de refresco, un zumo de naranja, o alguna bebida azucarada tranquilamente mientras trabajan. El problema es que si hacemos esto, tomando buches cortos cada mucho tiempo, estamos haciendo que nuestra boca cambie hacia un pH ácido durante un tiempo prolongado, lo que es abrasivo para nuestros dientes. Si es algo que hacemos de manera puntual no pasa nada. Pero si lo hacemos muy a menudo, es malo por lo que acabamos de comentar.
30 minutos después de comer
Otra cosa que a la mayoría le dijeron mal en el colegio tiene que ver con el cepillado después de comer. Además, por desconocimiento, cuanto más nos preocupamos por nuestros dientes, más rápido vamos a cepillarlos después de una comida pensando que así estamos actuando mejor sobre las amenazas. Sin embargo, lo óptimo es cepillarlos media hora después de acabar la comida porque el pH ha vuelto a la normalidad. Si nos lo cepillamos antes de pasar ese tiempo, el pH de la boca está ácido porque tiene que digerir los alimentos y el riesgo de que los dientes sufran una abrasión es mayor.
El dentista
Por muy caro y temido que sea el dentista debemos hacernos una revisión y limpieza bucal al año. A diferencia de las anteriores, que algunos odontólogos lo explican y otros no, este consejo lo dan todos. Y es que es mejor llevar un control de la boca una vez al año que hacer eso típico de ‘si no me duele nada no voy’. Prevenir mejor que curar.
El hilo dental
El hilo dental es un gran desconocido para muchas personas y a muchos les da mucha grima. Sin embargo, el hilo dental es fundamental para llegar a esos restos de comida que se esconden entre la línea de la encía y los dientes. También puedes usar para ello el cepillo interproximal.
El cepillo eléctrico
No te dejes engañar por los anuncios que ves en televisión. Hay dentistas que recomiendan cepillos eléctricos y otros que no. Lo importante es que sepas cepillarte bien los dientes y tengas un cepillo apropiado para tu boca (duro, medio o blando). Si no tienes ninguna discapacidad que te impida agitar el cepillo, puedes prescindir totalmente del eléctrico.
Enjuague bucal
Antes de acabar, queremos puntualizar que cuando decimos ‘lo que los dentistas no quieren que sepas’ nos referimos a esa gran cantidad de odontólogos que no se molestan en decirnos estas pautas que tan importantes son para la boca a menos que se las preguntemos nosotros. Si has tenido la suerte de toparte con uno que te ha dicho todo esto sin preguntarle, no lo dejes nunca. Y bueno, para acabar, hablamos del enjuague bucal.
Muchos se enganchan al enjuague bucal y lo usan todos los días incluso en dos o tres ocasiones pensando que le hacen bien a su boca. Sin embargo, no es aconsejable usarlo más de una vez al día, e incluso no se debe usar porque sí. Hay que consultar al dentista y ver si es positivo para nuestra boca tomar un enjuague bucal cosmético o terapéutico y solo en caso de que sea necesario.