Cómo perder cintura rápidamente con la alimentación
Según el último estudio realizado por la Universidad Loyola de Chicago, el deporte no es tan importante para adelgazar como se creía
Estamos obsesionados con perder peso, la sociedad nos presiona para que las personas con unos kilitos de más los perdamos rápidamente, nos obsesionamos con hacerlo y queremos quitárnoslos de encima lo antes posible. La navidad, el verano, el picoteo entre comidas, los dulces, la comida rápida…siempre hay alguna época o algún motivo al que echarle las culpas de esa subida de peso. Como propósito de año nuevo nos apuntamos al gimnasio, y aunque como dice la artista Kika Lorace en su canción «Pagaste un año y luego fuiste una semana», parece que el ejercicio no es el factor determinante. Desde luego que la actividad física ayuda a combatir enfermedades y bajar peso, pero no es la clave; no es tan necesario como creíamos.
La clave para no subir esos kilitos de más, tener la cintura perfecta y controlar nuestro peso es la alimentación. Según el último estudio realizado en la Universidad Loyola de Chicago, ni el ejercicio ni el sedentarismo estan relacionados con el aumento de peso. Los participantes que hicieron ejercicio físico perdieron menos cintura que los que no trabajaron y cuidaron su alimentación. Estudios anteriores han demostrado que la actividad física tiene muchos beneficios para la salud, incluyendo la reducción del riesgo de enfermedades del corazón y la diabetes. Pero una nueva investigación ha demostrado que también puede aumentar el apetito, lo que le induce a comer más o por ser menos activo el resto del día.
El estudio se realizó a hombres y mujeres de entre 18 y 45 años de EEUU y otros cuatro países: Ghana, Sudáfrica, Jamaica y Seychelles. Investigaciones anteriores habían encontrado que cuando se pregunta a la gente sobre su actividad física, tienden a exagerar el tiempo que emplean en realizarlo. Así pues, para proporcionar una medida más objetiva, los participantes usaron durante una semana unos dispositivos de seguimiento llamados acelerómetros, midiendo las vibraciones u oscilaciones del peso según la actividad física que realizaran. Los dispositivos recogieron el gasto energético de los usuarios e hicieron un recuento de sus pasos. Los investigadores midieron el peso, la estatura y la grasa corporal de los participantes.
Después de un examen inicial, en el que a los participantes se le marcaron una serie de pautas se les pidició que regresaran al año, y y dos años más tarde. Las recomiendaciones incluían completar al menos dos horas y media a la semana de ejercicio aeróbico moderado, por ejemplo andando rápido. Pero sorprendentemente para los investigadores, el aumento de peso total en cada país fue mayor entre los participantes que cumplieron con las pautas de actividad física. En la primera visita, los participantes de Ghana tuvieron los pesos medios más bajos (63 kg para ambos sexos), y los estadounidenses los pesos más altos (91kg las mujeres y 93 kg para los hombres). El 76% de los ghaneses estaban más en forma que los americanos. Sólo el 44% de los hombres y el 20 % de las mujeres del país de las oportunidades cumplieron con las directrices.
Por ejemplo, los hombres americanos que cumplieron con las pautas ganaron medio kilo al año, mientras que los que no, lo perdieron. La Dra. Lara Dugas, profesora asistente del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Loyola concluyó que “en realidad la dieta fue la que jugó el factor más importante a la hora de controlar el peso. El problema es que no ponemos suficiente énfasis en la cantidad de comida que ingerimos y nos centramos demasiado en las dietas de moda”.
Los investigadores encontraron que los participantes estadounidenses comían casi 1.000 calorías más que los participantes ghaneses. «La obesidad es una enfermedad multifactorial. La epidemia no ocurrió de la noche a la mañana», dijo la Dr. Dugas. «La actividad física es muy importante, pero no lo que más. Es lo que predice el número de mortalidad y morbilidad. Estamos tratando de cambiar la mentalidad de que el ejercicio es lo que adelgaza. Lo que diríamos es que el ejercicio es bueno para su corazón, pero para perder peso hay que comer bien”.