El misterioso reloj enclavado en un desierto que dará la hora durante 10.000 años
El dueño del gigante logístico Amazon, Jeff Bezos, anunció el comienzo de los procesos de instalación de un enorme reloj subterráneo situado en el interior de una cordillera en Texas, un proyecto que toma una idea de hace 23 años
Tiempo presente, tiempo futuro. Un fugaz destello de la humanidad. El extraño proyecto del reloj de los diez milenios ya llega a su fase de construcción. El dueño del gigante logístico Amazon, Jeff Bezos, anunció este miércoles el comienzo de los procesos de instalación de un enorme reloj subterráneo, situado en el interior de la cordillera Sierra Diablo, al oeste de Texas, con el que pretende medir el paso del tiempo durante los próximos 10.000 años.
Con una inversión cercana a los 42 millones de dólares, el reloj mide unos 150 metros de altura y funciona gracias a los ciclos térmicos de la Tierra, según público el magnate en su perfil en Twitter. Esta obra de ingeniería lleva treinta años en construcción y está programada para sonar una vez al año, para que sus manecillas giren por completo una vez cada siglo y el cuco salga de su interior cuando se cumpla cada milenio.
El reloj mecánico generará una secuencia de campanas diferente cada día durante todo ese tiempo. «Este es un reloj especial, diseñado para convertirse en un símbolo, un icono para el pensamiento a largo plazo», escribió Bezos en la página web del proyecto, que presentó oficialmente en 2011. El fundador y presidente de Amazon recordó que la idea original pertenece al visionario Danny Hillis, quien comenzó la aventura en 1989 y al que estuvo ayudando personalmente durante los últimos seis años. Hubo un primer prototipo a pequeña escala, que está expuesto en un museo en Londres (Reino Unido). Ahora, su idea se plasma en la vida real gracias a haber donado un terreno perteneciente a su empresa aeroespacial Blue Origin para su construcción.
Conocido como el «Reloj de los 10.000 años», su proceso de construcción supuso «un gran reto», ya que hasta «una simple visita» es necesario varias horas de trayecto en coche desde el aeropuerto más cercano, que se encuentra en San Antonio, para después atravesar un accidentado sendero que se eleva 600 metros sobre el fondo del valle. Dadas sus característcas, es difícil imaginarlo como enclave turístico. Talladas en la montaña habrá cinco salas que conmemorarán el primer año del proyecto, así como los 10 años, 100 años, 1.000 años y 10.000 años del mismo.
No mostrará el tiempo presente. Llevará la cuenta de acontecimientos astronómicos se llevará a cabo mediante un sistema mecánico-binario. En la cámara del primer año, además de los planetas y la Luna, se incluirán las sondas interplanetarias lanzadas durante el siglo XX. «No estamos planeando crear el resto de las cámaras de aniversario, sino que se las dejaremos a las generaciones futuras».
Principios básicos
Esta curiosa idea está apoyada por una fundación, que elaboró una serie de principios básicos para iniciar el proyecto. En primer lugar, debe mostrar la horra correcta para los próximos diez mil años. Pero también, debe ser mantenido por personas con conocimientos de la edad de bronce mediante una inspección minuciosa, por lo que es necesario disponer con un engranaje que sea fácil de examinar. A su vez, debe ser posible mejorarlo con el paso del tiempo y debe aplicarse una idea de escalabilidad: debe ser posible crear diversos modelos basados en las mismas ideas a diversos tamaños.