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Algunos hábitos para perder peso sin perder la salud

Se acerca la primavera y con ella la preocupación por perder peso, sobretodo el acumulado durante el invierno. Jersey, camisa y abrigo ocultan en muchas ocasiones ese pequeño sobrepeso que, es normal, presentamos debido a la vida sedentaria que es más propia de los meses de frío que de los de calor.

Cuando suben las temperaturas, vamos eliminando prendas y a veces no nos gusta lo que vemos.

Es, en definitiva, lo que se viene llamando Operación Bikini y que consiste en tratar de perder peso de la manera más rápida posible y a veces de la menos saludable. Todavía nos encontramos a principios del mes de marzo y tenemos tiempo para evitar caer en los vicios y errores de cada primavera. Si nos notamos con sobrepeso, comencemos ya a eliminar unos kilos, siempre con ayuda y siempre desde el sentido común.

Voy a repetirme, pero no me cansaré de hacerlo: nada de dietas milagro, dietas exprés, ni nada parecido. El organismo se resiente de la pérdida de peso fulminante y a la larga se pagan algunos procesos de eliminación de nutrientes básicos. Ojo también con los posibles riesgos cardiovasculares, sobre todo si se repiten estas dietas.

Por supuesto, si nos encontramos con un sobrepeso importante y con índices que señalan claramente que somos obesos, lo mejor es ponerse en manos de un especialista. Nuestra salud en este caso corre serios riesgos y el control debe ser estricto. Si se trata de perder unos cinco o siete kilos de aquí a junio puede bastar con una rutina básica de ejercicio y con una dieta mediterránea, ayudada por unos buenos hábitos y algunos trucos. Todo ayuda.

Empecemos por el desayuno. Los británicos le dan la importancia que tiene, es decir, debe ser la comida más sustanciosa del día. Sin embargo, en el desayuno continental clásico de los hoteles podemos ver que los alimentos tienen mucha grasa. Hay que evitarlo. Esta primera comida del día debe ser tomada en serio. No vale salir corriendo de casa con lo primero que cojamos de la nevera.
Debemos levantarnos con tiempo para poder tomar los nutrientes necesarios que nos alimenten y nos llenen hasta el almuerzo, sin desfallecimientos y sin ganas de picar. Mi recomendación es sentarnos a tomar cereales integrales – con fibra, pero sin azúcares saturados- y un huevo, proteína y 70% agua. Zumo de piña o piña, con el que eliminarás líquidos y consumirás más calorías en su digestión de las que te aporta.

Os he comentado el tema de los cereales integrales. Aplicad el término a los hidratos que toméis: pan, pasta y arroz, tomadlos integrales. Es un producto más caro. Buscadlo bien, porque a veces dice ser integral y sólo lo es de verdad en el etiquetado. Con este cambio ya vais a notar no sólo pérdida sino mejoría en la forma física. Estamos eliminando azúcares malos. Y esto nos lleva a otro tema.

Cambiad el azúcar industrial por un edulcorante sustitutivo como la stevia o el azúcar de abedul . El primero es menos dulce pero no tiene calorías. Por supuesto, nada de productos light, que son malos para la salud. Ni que decir tiene que tenéis que eliminar los dulces, la bollería industrial y los refrescos.

Trata de saciarte, esto es importante, a la hora de comer, puesto que es cierto que un pescado blanco y una lechuga no aportan nada de calorías, pero te quedas con hambre. Así que toma nota de otros productos con los que sientes la sensación de estar llena: la alcachofa, al natural, con un buen chorro de limón, potenciará sus propiedades diuréticas. La calabaza, en crema, que te llena y aporta toda la fibra.

Cena pronto, lo antes posible. Si puede ser antes de que anochezca mejor. Varios estudios han demostrado que la alimentación restringida a las horas de luz no sólo suma menos calorías sino que también es más saludable.

Vas a tener hambre, normal. Prepárate crudités tipo zanahoria, para tener en la nevera, y encurtidos, que son saludables y no engordan. La fruta, por la mañana y siempre la menos azucarada. No tomes plátano ni sandía. Apuesta por pera, manzana o fruta de temporada. Si puedes evitar ir tú a la compra, mejor. Si no, nunca vayas en las horas previas a las comidas.

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